Prácticas para la mujer - Parte 1
- Paola Antonini López Terapeuta
- 20 oct 2024
- 3 Min. de lectura
“El proceso de creación de unos cimientos de salud y bienestar sólidos también desarrolla la base de la evolución espiritual personal. Cuando se aprende a captar las energías naturales del sol, la luna, la tierra y las estrellas se alcanza un nivel de consciencia que desarrolla y nutre un cuerpo espiritual sólido”
Mantak Chía- Maneewan Chía
Fotografía: @lalomaproductora

La energía principal con la que todos nacemos se llama Jing para los taoístas. En el caso de las mujeres, es la energía que se necesita para crear los óvulos, el revestimiento uterino, las hormonas y el mantenimiento de la actividad sexual. Es una energía creativa, generadora. Esta energía, junto con la que incorporamos en los alimentos y en el aire que respiramos, dota a los óvulos de una potencia vital que se transmite a las generaciones siguientes. La energía Jing se transforma en Chi, que es la fuerza vital de los órganos. Los antiguos taoístas consideraban que la energía Jing, si se la conservaba y restablecía, proporcionaba una vida más larga y saludable.
En el Taoísmo se sostiene que la fuente principal de pérdida de energía en las mujeres es la menstruación. También vamos perdiendo la energía vital con los años y el cuerpo comienza a retirar energía de los órganos vitales (riñones, hígado, pulmones, corazón, bazo, páncreas, glándulas y cerebro) para superar los déficits.
La energía sexual es considerada entonces, energía creativa y es la única que puede incrementarse a través de las prácticas de determinados ejercicios. Se la puede reciclar, conservar y transformar en energía Chi, que al mismo tiempo, se convierte en energía Shen. Esta energía es de cualidad espiritual.

Cuando comenzamos a vivir las tensiones de estar en este mundo, el tiempo se acelera, la carga aumenta y aparecen los miedos, la ira, y todo tipo de preocupaciones que dan como resultado una emocionalidad negativa que es necesario aprender a transformar, no solo en una mera descarga que carga a otros. Esta presión y emociones negativas reducen la fuerza vital y la actividad sexual estimulada en exceso como mera descarga, agota las reservas de energía creativa.
Es por eso que las prácticas taoístas trabajan principalmente con el objetivo de transformar esta emocionalidad negativa en energía Chi, en energía positiva. Tanto la Respiración ovárica como la Aspiración del orgasmo conforman dos prácticas fundamentales que conforman el método del amor curativo.
“La función básica del sexo es la reproducción. Fuera de esto, cada vez que tenemos actividad sexual generamos gran cantidad de energía de fuerza vital. Cuando tenemos un orgasmo normal, la fuerza vital se vierte de nosotros al universo. Si aprendemos a reencauzar la energía del orgasmo hacia dentro y hacia arriba, en vez de hacerlo hacia fuera, esta energía alcanzará un centro superior del cuerpo y notaremos incluso con más fuerza la experiencia del orgasmo conocido como orgasmo total del cuerpo u orgasmo de los organos y glandulas: una experiencia que nunca se siente con el sexo normal. De esta forma podemos crear más energía, almacenarla y convertirla en energía de fuerza vital, aumentando con ello nuestra energía total.”

Fortalecer la musculatura de la vagina y del piso pélvico en general, es parte de las prácticas que permiten acumular energía creativa para hacerla subir y transformarla en Chi. La utilización de huevos Yoni es una herramienta implementada por las mujeres en la China antigua, que gozaban de belleza y salud gracias a ello.
Lo que los taoístas llaman el músculo Chi esta conformado por el diafragma urogenital, el esfinter anal y el músculo pubociccígeo. Rodea el ano, la vagina y la uretra. Sirve de apoyo para los órganos reproductores. Cuando este músculo y los diafragmas pélvico y urogenital están flojos, la presión del Chi, se sale de los órganos que dejan caer todo su peso sobre el perineo. La importancia de que estos músculos estén fuertes radica en que hacen de cierre y evitan que se escapen hacia el exterior las energías sexuales y la fuerza vital.
Las prácticas con huevos Yoni también nos permiten sensibilizar el registro interno de sensaciones en la vagina, lo que constituye muchas veces una especie de reflexología liberadora de puntos de dolor. Sentir el huevo dentro del canal vaginal e intentar moverlo nos da una consciencia de nuestro centro vital de un modo profundo y con altos efectos de enraizamiento, centramiento y ampliación de la capacidad orgásmica. Es una práctica amorosa que implica un ritual de contacto cotidiano o a los tiempos de cada quien que, además puede ayudar a sanar heridas arcaicas.
Paola Antonini
Bibliografía
-Chía, Mantak/Chía, Maneewan (1986)- “Amor curativo a través del Tao -Cultivando la energía sexual femenina”
Commenti